Venezuela hoy

Aquí encontrará información y reportajes sobre los programas sociales que en materia de educación, salud y en otros sectores desarrolla la Revolución Bolivariana desde la mirada de una periodista cubana.

diciembre 15, 2010

Soñar y vivir el internacionalismo

Mariela Pérez Valenzuela, enviada especial

CARACAS.- Uno de los sueños de la infancia y la adolescencia de Nivaldo Palenzuela Oliva, joven de 34 años que se desempeña como coordinador de la misión educativa en el estado venezolano Lara, era ayudar a otros pueblos, como hicieron los heroicos internacionalistas que lucharon en Angola, para él paradigmas de la solidaridad.
A pocas horas de recibir en La Habana la medalla Abel Santamaría, que otorga el Consejo de Estado a propuesta del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), “Nivo”, como le llaman amigos y familiares, califica de “experiencia única” la labor que realiza en este país sudamericano.
“Pensaba con nostalgia, dice, que como habíamos nacido en otra época del proceso revolucionario, no tuvimos posibilidad de participar en tareas internacionalistas; muchos adolescentes pensábamos qué nos quedaría por hacer”.
Antes de viajar a Venezuela el 6 de junio del 2003 Nivaldo se desempeñaba como cuadro del buró provincial de la UJC en la provincia de La Habana. “Iniciamos, recuerda, la campaña de alfabetización, pero después la misión educativa creció muchísimo. Ya no se trataba solo de que los iletrados aprendieran a leer y escribir, sino de que continuaran, cursaran el sexto grado y el bachillerato, y después la Universidad, a fin de prepararlos como los ciudadanos que necesita este país”.
En Lara, el joven nacido en Güines vivió momentos inolvidables, como la declaración de ese estado como territorio libre de Analfabetismo, en octubre del pasado año.
“Ahora, indica, puedo decir que he hecho mi modesto aporte, no en mi patria, pero si en la de Bolívar, es una condición importante para un revolucionario, una experiencia que le marca a uno la vida para siempre”.
Cuando Nivaldo viajó a Venezuela, su esposa tenía apenas dos meses de gestación. Nació el bebé, al que conoció cuando ya contaba siete meses. En este viaje, cuando lo verá por cuarta vez, ya camina y repite el nombre de “Nivo” para llamar a su lejano papá. En este lapso también murió en Cuba su querida abuela.
“Son eventos familiares, afirma, que te llegan muy de cerca, y sólo te alivia pensar en que aún cuando no estás físicamente presente en esos momentos de alegría o de dolor, estás cumpliendo con tu deber, ayudando a que hayan cambios en otro país para mejor, que estás aportando un granito en una batalla decisiva para el mundo”.
Nivaldo es Licenciado en enfermería, profesión que sólo ejerció durante ocho meses, cuando fue designado cuadro de la UJC.
Respecto a la medalla Abel Santamaría, este joven que habla con suma humildad de su importante labor en Venezuela, señala que “esta es la mas alta distinción que he recibido a propuesta de mi organización”, la que se suma a otros méritos relevantes.
Sin embargo, la acepta “no como algo personal: es un honor para el equipo de trabajo de la misión educativa del estado Lara”.
E insiste: “La recibo en nombre de todos los profesores, cuadros, e incluso de los médicos que se ocupan de nuestra salud, de la misión deportiva. Es un reconocimiento al aporte del equipo de cooperantes cubanos a la patria venezolana”.
Muchos y agradables recuerdos ya atesora este joven cubano, que tanto admiró a los héroes de la alfabetización en su querida Cuba.
Siempre tendrá en su corazón el encuentro con el presidente Hugo Chávez.“Conocer personalmente a Chávez fue trascendental, increíble; nunca pensé estar al lado de un hombre tan grande en la historia del planeta, recibir su abrazo, su agradecimiento y sus felicitaciones; en realidad era yo quien debía felicitarlo por estar construyendo este proceso revolucionario y permitirnos estar acá, aportando muy humildemente y modestamente nuestra experiencia”.
Entre los merecimientos recibidos por Nivaldo están la Orden Francisco de Miranda, que le fuera entregada por el mandatario venezolano, la Orden Jacinto Lara, concedida por el gobierno estadual. También la medalla Amigos de la Patria de Bolívar, otorgada por el Instituto Nacional de la Juventud.
Rememora que “al inicio la misión educativa fue muy difícil porque era comenzar desde cero; hubo que identificar a los 110 mil 562 larenses iletrados; los posibles facilitadores; entregar los medios audiovisuales, las cartillas. Salir en horas de la madrugada, porque los municipios están muy distantes, algunos a más de tres horas por carretera, incluso en muchas ocasiones dormir en las montañas, y siempre trabajando con el venezolano excluido, humilde”.
Han sido años de arduo trabajo. Organizando, coordinando, en el llano y en la montaña. De tener ocupado el tiempo se alegra este joven que cuando viajó a Venezuela se ocupaba de la presidencia habanera de la Brigada Técnica Juvenil. Nivaldo también se supera profesionalmente, e ingresó en los cursos de maestría y doctorado que se imparten acá. “Contamos, precisa, con un equipo excelente de profesores, que mucho me han ayudado” y pretende graduarse como doctor en Ciencias Pedagógicas. Por los resultados de su trabajo, fue seleccionado delegado al XVI Festival Mundial de la Juventud y de los Estudiantes efectuado en Caracas el pasado año.
En estos días, Nivaldo está en La Habana, junto a su esposa y su pequeño Alejandro, llamado así en homenaje a Fidel. Y con Laura, su primera hija, y con Sandra, la niña de su actual compañera. Pero su corazón de revolucionario estará en Lara, junto a los más humildes de Venezuela, los más identificados, puntualiza, con el proceso bolivariano, y los que le han hecho entender más aún, si es posible, la grandeza de la Revolución.