Venezuela hoy

Aquí encontrará información y reportajes sobre los programas sociales que en materia de educación, salud y en otros sectores desarrolla la Revolución Bolivariana desde la mirada de una periodista cubana.

diciembre 14, 2010

Manos benditas de la enseñanza

Mariela Pérez Valenzuela, enviada especial

ANZOATEGUI, VENEZUELA.- Al decir del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, “la enseñanza de los sordomudos es una sublime profesión de amor". Desde su asiento,  en  un ambiente de la misión  Robinson donde todos los días recibe ese infinito cariño del que hablara Martí,  Luisa, privada de escuchar y de hablar,  expresa mediante el lenguaje de señas su seguridad en que ya comenzó para ella una vida mejor e irreversible.
Por eso, agradece al Presidente Hugo Chávez “por no olvidarse de los discapacitados”.
Desde sus 45 años, esta mujer para quien hasta hace poco no cabían las esperanzas, refiere que “aunque muchas veces me imaginé sentada en un aula sabía que tenía que ocurrir un “milagro”, señala y advierte que “una vez que haya culminado el sexto grado deseo incorporarme a la misión Ribas, para estudiar el bachillerato”.
Olga, otra de las alumnas, también da las gracias al Presidente: “No importa la edad que yo tenga, quiero aprender”, dice mirando a Rosa Figuera,  la facilitadora.
La conversación con las estudiantes ocurre en el Instituto de Educación Especial Barcelona, en  el estado Anzoátegui, el cual está dotado de amplios salones e importantes medios técnicos de aprendizaje. Cada espacio es utilizado en destacar los valores del pueblo venezolano, su cultura e historia. Por las mañanas, el Instituto funciona como escuela bolivariana, y por la tarde hay dos ambientes (espacios como aulas) de la Misión Robinson, con una matrícula de  28 alumnos sordomudos, los cuales poseen necesidades educativas especiales.
La profesora cubana Gloria Macola Jiménez, asesora municipal integral en el municipio Bolívar,  explicó que el método de enseñanza es similar al que se ofrece a alumnos sin discapacidad, basado en tele-clases, con un facilitador que ayuda a la comprensión de los conocimientos. La diferencia es el ritmo más lento del calendario, en dependencia de cómo el sordomudo asimile el contenido.
“Si la presencia del facilitador para la comprensión de las tele-clases es esencial en cualquier ambiente, en este caso es decisiva, pues solo él, mediante el lenguaje de señas,  puede lograr que exista la comunicación, en lo que influye también la preparación en aspectos psicológicos y pedagógicos que recibe previamente”, agrega.
Oriunda de Santa Clara, Gloria no se equivoca. Comprobamos el papel clave del facilitador  en el aula de Rosa y más tarde en otro ambiente de la Misión Robinson, donde Yajaira Marchan explicaba a los alumnos la tele-clase  observada en el televisor
“Empecé con este grupo desde cero y en 10 meses han aprendido bastante. Han mejorado la ortografía, solo escribían frases, ahora forman oraciones, y tienen mayor agilidad para pensar”, destaca, mientras los estudiantes orgullosos  enseñan en sus cuadernos cuanto han avanzado en la escritura y la matemática.
Un pequeño rincón bolivariano en una esquina del aula inevitablemente nos hizo recordar a Martí, por dos razones: su admiración por el Libertador Simón Bolívar y su amor por estas personas, a quienes la Naturaleza les negó determinadas condiciones físicas.
Respecto a ellas, y a sus profesores, el Maestro precisó: "¡Benditas sean las manos que rectifican estas equivocaciones, y endulzan estos errores sombríos de la ciega madre creación".