Venezuela hoy

Aquí encontrará información y reportajes sobre los programas sociales que en materia de educación, salud y en otros sectores desarrolla la Revolución Bolivariana desde la mirada de una periodista cubana.

diciembre 17, 2010

Otro final para el drama

Mariela Pérez Valenzuela, enviada especial

CARABOBO, VENEZUELA.- Los griegos antiguos concibieron sus tragedias como un drama sin sonrisas. Un drama que aprehendido de la vida misma dejaba claro que el sufrimiento signando por el “destino” no tendría solución.  El drama de la vida, sin embargo, puede tener alegrías.

Hace pocos días, durante la inauguración de un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en el estado Cojedes, el presidente Hugo Chávez recordó que “cuando reinaba el capitalismo, aquí no sólo se privatizó la salud, sino que se centró. Los que nacimos y crecimos en el interior del país vivíamos ese drama”.

Y dijo: “A la hora de un tratamiento especializado, una terapia, una hospitalización, necesariamente había que trasladarse a Caracas, porque en esas ciudades, ni siquiera en las clínicas privadas, había tratamientos especializados”.

Las palabras del presidente me hicieron rememorar una visita reciente a una moderna instalación de salud de ese tipo en Canaima, en el estado Carabobo, donde, mientras esperaban ser atendidos, dos pacientes comentaron que allí sólo existía un pequeño centro de urgencia, antes de que nacieran la Misión Barrio Adentro para la atención gratuita de millones de venezolanos y, después, lo que Chávez calificó de “un paso adelante”, los CDI, 600 de los cuales el país espera concluir en un futuro cercano.

Veintisiete colaboradores de la salud cubanos y colegas venezolanos trabajan juntos en este CDI, donde hasta el pasado 6 de diciembre, 50 000 personas habían sido atendidas, la mayoría remitida por los consultorios populares.

Ignacio Alonso del Sol, quien estaba al frente de la institución al momento de la visita de Granma, explicó que este CDI cuenta con áreas de consulta y de hospitalización, seis camas de terapia intensiva, un área quirúrgica, una sala de observación y un laboratorio clínico, en el que se efectúan como promedio 400 exámenes diarios.

Dispone, además, de salones para la realización de electrocardiogramas, ultrasonido, rayos X, endoscopia y un área de diagnóstico de oftalmología, donde en especial son atendidas personas mayores de 50 años de edad que se presume padecen alguna patología ocular, a fin de que se integren después en la Misión Milagro, programa impulsado por Cuba y Venezuela para atender a 600 000 pacientes por año en instalaciones de los dos países.

A los enfermos que ya se sabe irán a la Isla para ser beneficiados por ese proyecto de colaboración, se les realiza un chequeo con el objetivo de que viajen sin otros problemas de salud.

En el CDI, dotado de los más modernos equipos médicos y de tratamientos, hay las condiciones para recibir a una persona en estado grave, estabilizarla y si es necesario remitirla a un hospital.

Gretel Pérez Marrero, quien forma parte del equipo quirúrgico, precisó que en siete meses se hicieron 166 intervenciones, con un saldo de 246 vidas salvadas. Otros muchos datos hablarían de la eficiente colaboración entre venezolanos y cubanos. Cifras y estadísticas que pudieran resumirse en el concepto de que cuando la vida le gana partidas a la muerte, la muerte es violentada por un final de drama que —cansado de injusticias— se dispone a cambiarle las reglas del juego a la tragedia.